JORNADA RELACIÓN MÉDICO-PACIENTE Y
TELEMÁTICA.
MITOS, REALIDADES Y DESIGUALDADES GENERADAS
6 de setiembre de 2000
Montevideo
Introducción
Dra. Elba Esteves
Relaciones Médico-Paciente Y
Paciente-Médico
Prof. Dr. Milton Portos
Profesor de la Clínica Médica
"A" de la
Facultad de Medicina. Hospital de Clínicas
Internet y su impacto en la relación
médico - paciente
Dr. Alvaro Lista Varela
Americasalud.com
Introducción
Dra. Elba Esteves
La relación médico- paciente en la historia de la
medicina se ha adaptado a los cambios científicos y
tecnológicos.
En la época hipocrática el diagnóstico se basaba en un
relato de síntomas hecho por el propio paciente, un
intermediario o por carta, el medio de comunicación de la
época.
Al incorporar el examen físico como elemento fundamental
en el diagnóstico, la entrevista personal pasó a formar
parte imprescindible de la relación médico- paciente.
La primera revolución se vivió a mediados del siglo XIX
con la aparición del teléfono. La profesión médica fue
pionera en incorporar esta nueva tecnología a su práctica
diaria (9).
Hoy los medios telemáticos están revolucionando nuestra
vida y la práctica médica nuevamente está enfrentada a
nueva tecnología.
Telemática es un término que surge de la conjunción de
informática y telecomunicación. Es el uso de medios
informáticos para telecomunicaciones.
Este tema está preocupando cada vez más los ámbitos
médicos.
¿Qué aspectos de la relación médico- paciente se pueden
afectar por estos medios de comunicación?
El espectro de influencia es amplísimo. Desde el simple
acceso a información médica a través de internet, tanto
para el paciente como para el médico. Pasando por el uso de
correo electrónico para complementar una relación médico-
paciente preexistente. Hasta la posibilidad de diagnóstico y
tratamiento de pacientes conocidos exclusivamente por
telecomunicación (8)(6).
Surgen por lo tanto muchas interrogantes:
-
¿El uso de correo electrónico pone en riesgo la
confidencialidad de la información que se maneja? (9)
-
¿Tiene ventajas sobre la comunicación telefónica? (7)
-
¿Los sitios Web de consulta médica, son confiables? (1)
- ¿Es ético diagnosticar a través de una computadora?
- ¿Qué problemas médico-legales puede acarrear?
Estos son sólo algunos de los aspectos que generan
inquietud y dificultan la aceptación de los medios
informáticos de comunicación en el cuerpo médico.
Las publicaciones actuales sobre Telemática en la medicina
se centran en las ventajas y limitaciones del uso del correo
electrónico (3)(5)(9),
y al igual que existen criterios estándares para la
comunicación telefónica, también se están desarrollando
para la comunicación electrónica en una relación médico-
paciente preexistente (2)(11).
Sin embargo se trata con mayor cautela la relación medico-
paciente a distancia sin una relación personal previa (10).
Bibliografía
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Relaciones Médico-Paciente Y
Paciente-Médico
Prof. Dr. Milton Portos
Profesor de la Clínica Médica
"A" de la
Facultad de Medicina. Hospital de Clínicas
Es este un tema verdaderamente apasionante
y que, de acuerdo a las experiencias y épocas vividas puede
tener muchas ópticas de expresión. Nosotros nos referiremos
a la actualidad de la práctica médica ubicada en Montevideo
donde hemos ejercido la profesión por más de 30 años y por
supuesto en momentos pre-informáticos.
El título de nuestra participación
difiere en algo al sugerido por los organizadores de este
evento y tiene su razón de ser por los cambios que ha tenido
la prestación asistencial en los últimos 50 años en el
país donde, el peso de la asistencia brindada por medio de
las instituciones de asistencia médica colectiva ha
desdibujado mucho la relación primaria, imponiendo códigos
nuevos, las más de las veces poco proclives a que esa sea una
buena relación, por lo que debemos diferenciar el segundo
aspecto del título como una realidad que golpear fuertemente,
no solo al médico, sino a todos los profesionales de la salud
con competencia en la asistencia directa de paciente.
Hoy en día las buenas relaciones
médico-paciente son reclamadas desde todos los sectores con
una cargada cuota de conductas sínicas las más de las veces
pues, se comenta con gran amplificación todo lo defectuosa
que puede ser una aislada conducta profesional no teniendo en
cuenta las millonarias ocasiones donde los colegas tiene
aptitudes ejemplares a diario que, como son correcta, no
aparece la obligación de difundirlas como ocurre con lo que
la prensa ofrece a su público con carácter de noticia donde
se privilegia todo lo malo y poco de lo bueno se destaca.
Para ser realistas debemos de distinguir
tres tipos de escenario donde se desarrollan las relaciones
entre médicos y pacientes: 1) en el ámbito hospitalario, 2)
en el de las Instituciones de Asistencia Médica Colectiva y
similares y 3) en la consulta privada.
A pesar de algunos cambios observables en
los últimos años en que las penurias económicas han traído
a la asistencia pública a estratos sociales que antes eran
tributarios de la asistencia mutual, la relación en el
ámbito hospitalario suele ser muy fácil dadas dos
circunstancias: el paciente está muy desvalido y
autenticamente enfermo, existiendo además una gran brecha
cultural y económica con su médico tratante (aunque esta no
sea tan así, esa es la manera de vivirla por los enfermos) y
los médicos que actúan a nivel de asistencia hospitalaria
tienen una gran cuota de dedicación a sus pacientes que los
viven como tales: son sus pacientes y como tal los vive
y se preocupa por ellos, predominantemente en los primeros
años de la carrera y eso va dejando una impronta fecunda para
el accionar médico de toda la vida sino es que es agredido en
demasía por el ambiente extra-hospitalario que, muchas veces
cambia y desdobla sus actitudes según el medio en que se
encuentre actuando. El enfermo busca ser atendido por su
médico y hemos vivido innumerables escenas de desaliento
cuando, por el cese de actividad
que motivan los cargos a término en la Facultad de Medicina,
los pacientes muestran inseguridad y desaliento al tener que
asistirse con otros profesionales, a veces con mejores
calificaciones académicas, pero sin la calificación afectiva
y protectora que desarrolló en su interior quien se encargó
de su tratamiento hasta ese momento. La mayoría de nosotros,
"los veteranos" de la asistencia hospitalaria
guardamos centenares de estos ejemplos en nuestra memoria,
propios y de nuestros alumnos y es gran parte nuestra
gratificación diaria el trabajar en un ambiente humano de
conductas positivamente correctas.
Valga como ejemplo personal que en diez
años de gestión como Profesor de Clínica Médica, sólo he
recibido quejas por la asistencia de pacientes de mi Servicio
del Hospital de Clínicas en tres oportunidades y más lo eran
por desinformación que por reclamos directos y personales
sobre la atención sobre la atención de los
pacientes-problema. En suma: en el medio hospitalario la
relación médico-paciente sigue siendo muy correcta, personal
y directa y afectiva en general, constituye una escuela
invalorable para estudiantes y médicos jóvenes y muestra a
diario el valor de la palabra estimulante, el gesto afectuoso
y la mirada comprensiva como armas terapéuticas tan o más
eficaces que los fármacos más específicos para la
enfermedad a tratar, recordando la frase tan repetida de los
viejos maestros de que no hay enfermedades sino enfermos y
nosotros estamos para tratar de curarlos y rehabilitarlos con
lo mejor de nuestros recursos.
El sector más problemático y cada vez
más es el de la asistencia en el medio mutual y de otras
instituciones de asistencia colectiva. Las necesidades de
agruparse los individuos para tener una buena asistencia con
recursos bajos, motivó fundamentalmente desde la década de
los cuarenta el progresivo desarrollo del sistema mutual en
nuestro país con consecuencias favorables y desfavorables.
Dentro de las primeras se destaca la posibilidad de asistirse
con muy buen nivel a una masa de ciudadanos casi mayoritaria
en el país que, de otra manera no podrían acceder a esos
niveles pero, esto trajo como contrapartida la interposición
entre el paciente que requiere atención y el médico un
sustrato intermedio administrativo que es la primer cara
visible de estas instituciones que, de por sí puede inclinar
la balanza a una buena o mala relación en este caso del
paciente-médico pues, éste contacto no es primario sino que
está mediatizado por esa presencia no médica que hace sentir
en muchas oportunidades a los pacientes como los propietarios
del trabajo médico y ésa aptitud condiciona que los afectos
"acolchonados" por el pago una "orden" y
presionados por un "número" inscripto en un
"horario" pré-fijado hagan del acto humano y
cálido que referimos en el ambiente hospitalario se
transforme en un subyacente enfrentamiento entre el que poco
paga pero mucho pretende recibir y el que tiene mucho para dar
pero poco para recibir como retribución en un medio cada vez
más capitalista salvaje y con tiempos de consulta muy
restringidos que para apenas dan para concretar aspectos del
diagnóstico y tratamiento somático, muchas veces desdoblados
en una de dos o tres etapas por esas necesidades restrictivas.
Aquí la relación entre las partes el acto médico se
artificializa y la palabra estimulante, el gesto afectuoso y
la mirada comprensiva se van difuminando en un inconmensurable
llenar de recetas y solicitudes de exámenes en sofisticados
formularios, uno por uno cada medicamento, con nombres, fechas
e interminables números de matrículas que requieren de
desmerecedoras autorizaciones para su efectivización en cada
más numerosas oportunidades, lo que hace que el paciente
ponga reiteradamente en duda la capacidad de un profesional
que no puede decidir lo mejor para él sino que tiene que
esperar la anuencia de alguien al que no accede a conocer y
aspiraría lógicamente en su fuero íntimo a ser asistido por
ese, que puede decir sí o no a lo que el aparentemente
necesita. Lamentablemente es difícil ser optimista que en las
condiciones actuales de prestación de este tipo de asistencia
se verifique un cambio que aproxime la relación afectuosa que
mejora todos los actos médicos imaginables a pesar de las
excepciones personales lógicas que alguien puede ejemplificar
porque de excepciones están hechas las reglas.
En el tercer escenario es donde la
relación médico-paciente es más fluida. En la escasa
consulta privada hoy en día en nuestro país existen varias
condicionantes que hacen a priori se establezca una favorable
comunicación. Los pacientes llegan al médico por dos vías
fundamentales: o por recomendación de un familiar o amigo a
quien ese colega asistió previamente, del que recuerda una
buena relación humana y una eficaz gestión profesional o por
el prestigio del médico en el ambiente y en muchos casos con
una bagaje de desconformidades acumuladas en consultas previas
sin resolución de su problema. En este tipo de asistencia los
tiempos son diferentes y en gran número de oportunidades el
simple hecho de oír a un paciente el tiempo que éste
necesita para sus relatos ya establece el puente al éxito de
la gestión terapéutica. Las facilidades están dadas para la
comunicación por la necesidad de la protección que siente el
enfermo ante la pérdida de su salud o simplemente de su
sensación de bienestar y la acción no intermediada del
médico con él como lo relatábamos para los enfermos
hospitalarios con los que este tipo de enfermos tienen, aunque
no lo parezca cuando realmente la necesita y por eso valoran
muy positivamente el gesto médico que les restablece la
salud, así lo recuerdan y así regresan a su médico
ante otro quebrando de la misma, ante la confianza mutua que,
a través de los años en muchos casos desemboca en una
sincera amistad y está lleno el anecdotario nacional de
colegas que han atendido tres generaciones de muchas familias
con una confianza transgeneracional renovada. Estas
experiencias múltiples solo hacen reforzar la creencia que no
exclusivamente del acto científicamente exacto sino que de la
relación humana afectuosa se establecen los vínculos firmes
entre médicos y pacientes, cuando los dos elementos concurren
desembocan en el éxito profesional y se debe querer muy
entrañablemente a la Medicina para poder trasmitir esa llama
invisible a las futuras generaciones.
Internet y su impacto en la relación
médico - paciente
Dr. Alvaro Lista Varela
Americasalud.com
Internet es el motor de la nueva economía.
Su poder radica en que es global, resuelve necesidades, baja
costos, agrega y crea valor. Todas las industrias migrarán,
parte o la mayoría de sus procesos y transacciones, online.
La industria de la salud no quedará afuera
de esta gran revolución. El impacto en las prestaciones de
los servicios de salud será enorme. Por un lado bajará
costos al digitalizarse procesos que hoy toman mucho tiempo y
consumen papel y otros soportes offline. Por otro, múltiples
transacciones offline serán migradas por completo online.
Entre las que se incluye la relación del paciente -
consumidor con sus médicos y sistema de salud.
En un futuro cercano la mayor parte de las
interacciones del paciente con su médico y su sistema de
salud serán virtuales. Esto mejorará las prestaciones al
mismo tiempo que reducirá costos. Las interacciones reales
médico - paciente disminuirán pero el tiempo total de
interacción aumentará dramáticamente, con el consiguiente
beneficio en la información, aceptación de consultar,
adherencia a los tratamientos, etc.
Estimulando un paciente informado y activo,
más comprometido con su cuidado en la salud y calidad de
vida, así como en una relación médico - paciente más
continua y profunda.
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